Me di cuenta que cada entrada larga que hago en el blog habla sobre algo negativo, o más bien, de algo que yo no quería que salga así en mi vida.
No pienso cambiar eso, así que este es uno de esos momentos de mi vida. Es un momento en el que te encontras entre la espada y la pared.
Si bien puede ser una estupidez para muchos, a mi me está haciendo mierda de a poco. Lo peor que me puede pasar en la vida es sentirme como una traidora. 
Cuando estas entre dos personas, si o si vas a tener que elegir a una, y el momento de presión te hace tomar decisiones apuradas, no pensas y actuas. Pero después caes y ahí vienen los problemas. Te pones a pensar que lado pesa más en tu vida, cuál de las dos personas es más importante para vos, por qué carajo hiciste eso. Ahí es cuando empieza a aparecer el sentimiento de traición.
Es un momento horrible, que me dan ganas de matarme porque no se qué hacer y la situación me supera totalmente.
Ahora es cuando tuve que dar la cara y no ser una cagona. Lo que sentí cuando le vi la cara, y sentí que lo decepcioné fue lo peor.  Encima a una persona que para mí es todo, es una persona más que importante en mi vida y juro que no se qué haría si algún día me faltara.
Saber que decepcionaste a alguien que es indispensable para tu vida es un fracaso, o peor, es sentirte una fracasada. ¿Por qué no pienso antes de hacer las cosas? Podría no haber hecho nada y quedarme a un costado, pero no, tenían que pedirme ayuda y yo aceptando.
Debería aprender a hacer mejor las cosas, debería saber qué hacer, cómo y cuándo hacerlo y de qué manera también. Debería pensar un poco más.
Lo único que se puede hacer es pedir perdón y dejar que las cosas fluyan como tengan que fluir.

(27.05.2012)