Un Perfecto Quilombo

Fueron dos semanas de locos, increíbles, me pasaron cosas buenas y cosas malas. Desde animarme a hacer lo que quizás no debería haber hecho, hasta ir a ver a Tb, y hasta me robaron absolutamente todo. Pero bueno, vayamos por partes.
Empecemos con lo mejor de todo, una de mis razones de vida, lo que me hace feliz: Mi Obsesión enfermiza por Tan Biónica. Una banda que, aunque parezca una pelotudez, me cambió la vida, la forma de ver la realidad, mi forma de pensar. Me obligó a aprender a saber lo que es morir por un famoso, hacer lo que sea con tal de saber más sobre la vida de ellos, ver cada nota, cada entrevista, saber a qué hora se conectan y dejar todo con tal de recibir una contestación, llorar, rogar, hacer todo con tal de que te dejen ir a verlos, conseguir las entradas de todas formas.  Mi primer recital de una banda como la gente fue uno de ellos, es increíble. Hace un año y medio, o más, que estoy así con estos tipos. Pensar que todo empezó escuchando “Arruinarse” y “Yo te espero”, temas que hasta el día de hoy me hacen llorar. Tengo que decir que el 23 de junio, en el Luna Park, lo disfruté muchísimo, nunca había llorado tanto en mi vida. Sin exagerar, fueron dos horas enteras llorando de la emoción, gritando cada canción, sabiendo que compartía aire con los cinco hombres que me sacan una sonrisa hasta en el peor de mis días. Todo esto y mucho, pero muchísimo más siento por ellos. No solamente es Chano, son todos. Tan Biónica no sería lo que es sin el bajo de Bambi, sin la guitarra de Seby, sin la batería con Diega y sin el teclado de Guarni. Falta uno de ellos y cambia todo. El final de pétalos me hace poner la piel de gallina, solamente por hacerme acordar a los acordes tocados por Seby en el Opera antes de despedirse. O sea, es un conjunto de cosas que hacen que sea una enferma, una obsesionada por ellos. Creo que decirles Gracias es poco, no me alcanzan las palabras para explicar lo feliz que me hacen.
Cambiemos de tema. Empecemos a hablar sobre las pelotudeces al pedo que hago, por ejemplo, decir lo que siento. Fui con la cabeza en que esa iba a ser la respuesta, no tenía ni un poco de ilusión en que la respuesta sea otra, con lo pesimista que soy, sabía que todo iba a salir así, pero a pesar de todo esto, no me sentí mal en el momento, el “problema” fue cuando caí que había dicho la mitad de todo lo que sentía, por una cuestión de moral y ética, pero bueno, me quede con ganas de hacerle saber varias cosas. Ahora sí, el verdadero problema? Es mi amigo, no debería sentir nada, no debería verlo a los ojos y sabes que me puede con esa sonrisita que tiene todos los días en todo momento. Hablando como una pelotuda, todo lo que se puede buscar en alguien, él lo tiene, así de fácil. Parezco una enamorada en esas épocas que se ponen cursis, pero no, no estoy enamorada ni pretendo estarlo, se que no sirve de nada seguir haciéndome la cabeza por alguien no siente ni la mínima parte de lo que siento yo por él. Será cuestión de intentar, aunque sea complicadísimo, empezar a verlo con los mismos ojos que lo vi los primeros 2 años que lo conozco. Es lo más razonable, no? Yo jamás estuve en pelotuda dominada por un pibe y no lo voy a estar ahora, porque no soy así. No sé si estuve bien, mal, más o menos en decir un poco de lo que me pasaba con él, pero por lo menos ahora lo sabe. Espero que no cambie en nada todo lo que logramos tener hasta ahora, es una amistad llena de confianza y me encanta que sea así. La cagada es que un te quiero, un mensaje, que me hable, todo eso, me saca una sonrisa que mantengo todo el día. Es una mierda engancharse así, pero uno no decide por quien sentir estas cosas, simplemente pasan. 
Mi cabeza se describe en “un perfecto quilombo” en este momento.
Como siempre mis días importantes se trasladan a Blogspot tarde o temprano.