Toda tu
mesita de luz lleva el color de tu esencia. Las mañanas exigen clemencia, la catástrofe que
hizo tu ausencia. Cuando se libere mi alma de tus ojos de encanto, cuando el frío no enfrie tanto, los domingos y jueves de espanto. Vivo como
siempre desarmado sobre
mi. Yo buscaré algún sol ahí. Con vos es 4 de noviembre cada media hora, atrasaré las horas. Que algo te libre de las penas
acompañadoras, cuando te sientas
sola. Cuando me faltes este otoño y se despinten solas tus
acuarelas todas.