Y yo que te di todas mis noches, a vos, sin lamento
ni reproches. Te di, en las noches y en los días mis
mejores melodías, en las horas más tremendas de
mi vida.
Yo te espero todavía, yo creo que el olvido es
una fantasía.
Y así destinada a padecerte, sigo loca
como siempre,
inventando lo que sea para verte.